REVIEW: La maldición de La Llorona 

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Para los fanáticos del universo de El Conjuro, La maldición de La llorona viene a dejarnos una huella más con lo que podemos considerar un spin-off de un mundo lleno de paranormal.

La Llorona es una aparición tenebrosa, atrapada entre el cielo y el infierno, con un destino terrible sellado por su propia mano. La mera mención de su nombre ha causado terror en todo el mundo durante generaciones. En vida, ahogó a sus hijos en una rabia de celos, arrojándose en el río tras ver como los asesinó violentamente. Ahora sus lágrimas son eternas, letales, y aquellos que escuchan su llamada de muerte en la noche están condenados. Se arrastra en las sombras y ataca a los niños, desesperada por reemplazar a los suyos. A medida que los siglos han pasado, su deseo se ha vuelto más voraz y sus métodos más terroríficos. 

Comenzando como un policial que roza el thriller, y escalando abruptamente hacia un paranormal, Warner nos invita a continuar descubriendo historias del universo compartido de El Conjuro, pero en este caso sin presencia alguna de los tan queridos Warren. Encarnando la leyenda de origen mexicano de La Llorona, la trama nos sitúa en la década de 1970 en Los Ángeles con esta aparición acechando la noche y a los niños. Sin hacer caso a lo que una madre le asegura y poniendo en peligro a los niños por quienes vela como asistente social, y por consiguiente arrastrando a sus propios hijos a esta locura sobrenatural aterradora, nuestra protagonista debe sobrevivir a la ira de este espíritu letal. Para ello buscará todas las alternativas: sacerdotes de barrio, misticismo y creencias populares. ¿Podrá acaso evitar que sus hijos sean alcanzados por esta condena paranormal?

Es necesario comenzar hablando por el sonido y la ambientación musical que son una de los motores para que esta película funcione, donde Joseph Bishara hace un excelente trabajo y nos genera los tiempos necesarios para ese impacto (ese toque en el que uno tiene el segundo de sobresalto), nos agarre desprevenido y nos dé el latigazo adrenalínico en el pecho.

Las actuaciones tienen un rol aceptable, pero debe destacarse que quienes se llevan los (pocos) laureles en este aspecto son Roman Christou y Jaynee-Lynne Kinchen, nuestros pequeños protagonistas y principales afectados por todo lo oscuro de este film. Quien interpreta a su madre, Linda Cardellini, no sólo deja que desear con sus expresiones fatigadas emocionalmente, sino que pareciera que busca constantemente generar una sensación de lástima que, considero error del guion, solo aburre y resulta anticlimático. La presencia del Padre Perez, que es el conector con (inserte spoiler), es un detalle que uno valora como fanático de este universo.

Los aspectos técnicos son destacables, con edición de calidad y planos que nos dejarán bastante atrapados y fascinados. Obviamente, ya al ser casi recursos icónicos para este género, no resultaran novedosos ni ingeniosos. Sumado a esto, los efectos especiales dejan que desear en numerosas oportunidades, y creo que eso le resta una valoración importante a la producción.

Algo que me preocupó fue la pobreza del guion, y donde creo que han recaído los más grandes errores de la película, pero sin embargo se debe entender que al involucrarse en este universo de El Conjuro uno sube instantáneamente la vara generando esta suerte de conflicto en la apreciación. Se respeta que hayan logrado hablar de apariciones sin entrar en juego con posiciones demoníacas que, definitivamente, los fanáticos del paranormal y sobrenatural apreciarán tanto como uno.

La maldición de La Llorona recibe una calificación de 3/5 estrellas, y realmente la recomiendo para quienes quieran disfrutar de unos buenos sustos y seguir adquiriendo la (leve pero presente) genial experiencia que este oscurísimo universo tiene para nosotros.