Por cuarta semana consecutiva, la obra teatral Harry Potter and the Cursed Child alarga la suspensión temporal de sus funciones en la ciudad australiana de Melbourne… pero esta vez, la causa es la capacidad de la sala de teatro en la que se presenta.
A través de sus perfiles de redes sociales, el equipo de Cursed Child Australia publicó un mensaje en el que confirma que “las actuaciones del 19 al 25 de junio deberán ser reprogramadas,” con lo que la suspensión de presentaciones duraría (por ahora) del 29 de mayo al 25 de junio de 2021. El mismo mensaje también aclara que “los productores de Harry Potter and the Cursed Child deben continuar suspendiendo actuaciones hasta que se quiten las restricciones de capacidad” que fueron impuestas hoy mismo para combatir el avance de la pandemia de COVID-19 en la ciudad de Melbourne.
¿Pero qué tan graves son estas restricciones? De acuerdo con el canal de noticias australiano ABC, desde hoy los espacios cerrados de entretenimiento en Melbourne “deben tener hasta 50 por ciento de capacidad o un máximo de 75 personas.” Esta medida es mejor que la orden de cierre total de teatros que existía hace unas semanas, pero la nueva audiencia máxima permitida es tan pequeña que representa apenas el 5% de la capacidad real del teatro de la obra pottérica.
A todas luces, la nueva cifra de espectadores permitidos adentro del teatro es insuficiente para compensar los gastos de producción de Cursed Child Australia, lo cual orilla a los productores a esperar a que las restricciones se levanten. Es una solución imperfecta, sobre todo tomando en cuenta que el equipo de Harry Potter and the Cursed Child pierde cientos de miles de dólares por cada semana de suspensión en Melbourne… pero al menos es una solución que no crea riesgos de contagio durante la pandemia.
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